Las vías férreas, pieza clave del transporte ferroviario, se encuentran sometidas a una tensión constante debido a las cargas de los trenes. Con el paso del tiempo, se producen diversos daños superficiales que representan una amenaza significativa tanto para la vida útil de los rieles como para la seguridad de las operaciones ferroviarias. Analicemos estos posibles problemas en detalle.
·Desgaste vertical: Debido a las fuerzas verticales durante el rodamiento de las ruedas, el desgaste vertical aplana la cabeza del riel. Esto, a su vez, disminuye la capacidad de carga del riel y su resistencia a la fatiga.
· Desgaste en escamas: Este tipo de desgaste, caracterizado por un patrón en escamas, se debe a las cargas repetidas del tren, lo que provoca la propagación de grietas por fatiga. No solo aumenta el ruido rueda-riel, sino que también acelera el desgaste tanto de las ruedas como de los rieles, llegando en casos graves a provocar fracturas de rieles.
· Grietas en la cabeza: Las grietas en la cabeza, que suelen formarse en la cabeza del riel, son pequeñas grietas que se desarrollan en zonas con alta tensión debido a la carga repetida de las ruedas. Si no se detectan, pueden crecer y causar fallas repentinas en el riel, poniendo en peligro la circulación del tren.
3. Grietas superficiales
· Grietas transversales: Perpendiculares al eje del riel, las grietas transversales suelen estar causadas por defectos internos o fatiga. Su rápida propagación puede provocar fracturas en el riel, lo que supone un grave riesgo para la seguridad ferroviaria.
· Grietas longitudinales: Paralelas al eje del riel, las grietas longitudinales se originan por defectos de fabricación o fuerzas longitudinales excesivas. Debilitan el riel y pueden convertirse en grietas transversales más peligrosas.
El desconchado se produce cuando pequeños fragmentos metálicos se desprenden de la superficie del riel bajo la presión de las ruedas, a menudo debido a la fatiga del material, el desgaste o defectos internos. Esto no solo daña la superficie del riel, sino que también afecta la calidad del viaje en tren y acelera la aparición de daños.
Expuestos a la intemperie, los rieles son propensos a la corrosión causada por el aire, la humedad y los productos químicos. La corrosión crea manchas de óxido y picaduras, lo que reduce la calidad y la resistencia de la superficie del riel y agrava el desgaste y la fatiga, especialmente en entornos hostiles.
Comprender estos daños en la superficie del riel y mejorar los esfuerzos de inspección y mantenimiento son cruciales para garantizar un transporte ferroviario seguro y eficiente, permitiendo que los trenes funcionen de manera fluida y segura.
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